Aniversario luctuoso

lunes, 26 de noviembre de 2012

Y si el reloj se desfasara por la asincronía de las risas en esta isla,
quedaría abrazada a tu memoria sepia de temblores sin vida
que en el baúl muchas veces he intentado guardar bien entallada
como monedas de oro antañas, en falta de armonías devaluadas
para cuando me alcanzara el maremoto del sol
entre los pujidos de las máquinas y el alquitran
nadando en nubes amarillas de las bocas desnudas
de todas las chimeneas que se botan de la risa
de ti y de mi
cuando, entre paredes pasteles navegábamos el futuro
planeando en el vaivén de la carne molida, la mía.

Hoy sólo soy yo en el casco
dentro del uniforme
soy yo y no soy nadie
porque no estás para reconocer el cadáver;
nadie sabrá si esta mordida fue de mi boca,
si este anclaje perteneció a mi navío.

Ven a cobrar los pedazos de luna que dejé
plantados en arena movediza por las dudas,
ven a recoger los trastos y las almejas rotas,
ven a montar el paisaje de nuestro aniversario.

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