Sortilegio

jueves, 14 de julio de 2011

Cáiganle todas las deudas pendientes, maleficios reservados para este tiempo en que puede significar la vida otra más de sus tropelías.


Arrédrense, demonios de la envidia humana de embestir a quienes avanzan y cortar las líneas que entrelazan al uno con los otros en una sociedad en la que un falseo puede significar el aislamiento total.


A picar el corazón de Quetzalcóatl con el mejor de los argumentos para su causa, hoy casi por entero fallida ante la oleada de rojos juveniles que no son rubores.


Oríllate, fuerza del no hacer, del no hablar, del no ser para que tus hijos no estorben la plenitud de la voluntad inquisidora, creativa, cognoscitiva.


Que la nada nos deje, nos avise de su existencia únicamente por la renuencia de los dañinos a actuar contra su especie, contra los otros, de quienes no pueden obtener el alma a base de amasar los rencores perpetuos.


Disuélvanse, concentraciones de éteres anímicos que sólo sirven para romper voluntades, deseos, felicidades, que contienen los desplazamientos.


Reúnanse entonces las entidades poseedoras de las partes de la naturaleza humana cuya falla confluyente nos retiene en el miedo, la ansiedad y el conflicto. A concentrar la fuerza de lo que florea y crece, de lo que avanza y no cede, de lo que apremia y triunfa.

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