Yo fui una paloma mensajera
con un deseo insano de llevarte
de lujuriarte bien en el camino
y abandonarte a los pies de ella
Yo tengo el sello de tus gracias
confeccioné ternura y carácter
te cerré y ya no puedo franquear
tus ánimos rotos, ella lo sabrá
Yo tuve la caricia de tu destino
en la mano, entre esas tormentas
y me dejé llevar por el aliento
del mundo y su vacuo calcinar
Yo soy la tejedora de tus sueños
que me fueron arrebatados ayer
por la etérea ilusión de un juego
en el que yo ganaba el cosmos.
Te sigo como huella del pasado
no te toco con mi mano tóxica
pasivo testigo de tu luz de luna
y reflejo ámbar de tu paz de sol.
Sólo tú y yo estamos sublimados
en la libertad del distanciamiento
ante la incorruptibilidad amorosa
de nuestro exclusivo manto eterno.
Ya recogerás la calma en sus brazos
ya viviré mi angustia en los de ellos
ya saldaremos las cuentas del mar
y obviaremos el ruido del mundo.
Esperaré a que se pudra la carne
para estar desnuda en alma de ti
que reluzca de una vez el engaño
de tus ganas de volverme sombra
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