Húmedas cuerdas

jueves, 24 de marzo de 2011

Al arribo de la incertidumbre se cimbra la luna

el sol se tiñe de un rosa paliducho y descarnado

eclipse

tiempo robado.


Del alma de la zozobra se cuelga el miedo

al que se aferra desenfrenadamente y con dolo

mar abierto

cansancio.


Cuando se acerca el todo a la tierra de nadie

huyen las esperanzas del cuadro inmutable

texturas pardas

inmóvil.


Quien predice el desastre se vuelve profeta

cuando la desgracia ajena llena las arcas del ego

neblina

silencio mortuorio.


Al danzar de la flama el humo derrama sonrisas

que no pudieron ser caricias de tierra negra

frutos

renacimiento.


Pero se acaba el rollo de película cristalina

en esos ojos inflados y mojados en cobardía

arrollo

húmedas cuerdas.

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