Stubborn dummies on wheels

sábado, 14 de mayo de 2011

Concebí la idea de aprender andar en estas cosas por mí. "Tienes que aprender andar en bicicleta" dijiste puntualizando que me encuentro en el terreno más propicio para hacerlo: aquí, no rodar es mayor sacrilegio que no saber leer.
Esta que no ves (no creo que me leas) pensé en adquirirla pensando en ti: la elegí minuciosamente buscando representar la versión de mí que me complace más y con la cual me gustaría tuvieras contacto a tu regreso. Hoy, en este luminoso mediodía -enmedio del agobiante sol y el cansancio del trabajo bien realizado-,  mientras tú vuelas, yo ruedo. Supongo que ambos actos hablan de una necesidad de enfrentarse con lo desconocido para ver cuáles partes de sí mismo aparecen.
En la mañana me di cuenta de que no te hablé antes de que partieras: me había propuesto enviarte un mensaje el día previo. Ayer, entre el trabajo y sus demandantes piruetas de resistencia mental, las despedidas que nunca son agradables, el descanso de los otros quienes no habrían de laborar hoy, la reconfiguración de mis planes de fin de semana, la euforia por haberme desplazado en ruedas al trabajo y la asquerosa sensación de fracaso propia de  cuando algo ya te estaba empezando a salir bien y de repente dejó de ser sencillo; me olvidé por completo de tí. A todo esto debemos añadirle que empecé a experimentar vértigo al darme cuenta de lo cerca que estoy de la salida, de nacer, de cumplirte al 100% lo que vengo prometiendo; eso que por razones desconocidas para mí, poco a poco lo volviste una deuda mía para contigo, cuando en realidad se trata de una deuda propia cuya beneficiaria absoluta seré yo.
Me olvidé por completo de tí y creo que eso es justo lo que quieres. Hace tiempo he concluido la razón profunda de tu modo extraño de proceder: consideras un acto de injusticia ocupar el tiempo y los pensamientos de alguien más, y lo mismo en sentido inverso.
Sin embargo, de uno u otro modo siempre estás presente en mis actividades: aparecen por ahí tus cosas entre las mías o alguien te menciona -incluida la variante en tono de "nos" menciona; no entiendo por qué en ocasiones nos agrupan en una unidad-, otro más hace comentarios suspicaces. Otro considera el reportarte mis incursiones sobre ruedas, otro más anecdota algún pasaje donde tuviste un papel relevante, o simplemente, los actos cotidianos apuntan hacia el cumplimiento de todos esos adeudos que tengo conmigo y motu proprio contigo.

No tienes idea de la cantidad de cosas que sin proponértelo has transformado en mí . No tienes idea de cuán entrañable me eres. Lo único que deseo es que en tu vuelo y la travesía que le acompaña, encuentres lo que necesitas; regreses bien y completo y de ser posible, pero sólo si me es permitido -una estúpida vez más- imaginar lo inaccesible, de ser posible... que regreses conmigo.


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