El fantasma de la transición

martes, 12 de abril de 2011

¿Serás tú quien ha de redimirme

entre las heces del desgaste

de la pantalla que he sido yo,

del terror que me destrozó?


No te puedo ver siempre

entre estos agrios barrotes

de soledad empañados


¿Pero eres tú? ¿Estás seguro?

¿Habrás de cargar el saco

de las lenguas desafinadas

para música de brujerías?


No te puedo tener siempre

entre estos agrios barrotes

de deshonra estampados


¿Pero eres tú? ¿Lo crees?

¿Habrás de azuzarme la piel

cruda y pálida de despertares

entre rojos anocheceres?

No te puedo querer siempre

entre estos agrios barrotes

de estulticia embarrados


Eres tú, está bien, lo sé

Allí estuviste mirándome arder,

me inmolaba en tus deseos,

pero tú jamás huiste al destello

como todos, como todo

lo que al anochecer se marcha

entre la confusión del vicio

que para nunca se derrama.


Tú no hiciste nada, ¿para qué?

eras profeta de mis errores

paciente vengador de mi ira

inocuo creador de nuevos andares


Secuéstrame en tu dicha

en tu marcha de paso quieto

en tu palabrarería de santo

en tu candidez de velador.


Sé que eras tú en el andador

cuando pasé de largo tu risa

cuando retorné a las sombrías

auras que porta mi verdugo.

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