¿Serás tú quien ha de redimirme
entre las heces del desgaste
de la pantalla que he sido yo,
del terror que me destrozó?
No te puedo ver siempre
entre estos agrios barrotes
de soledad empañados
¿Pero eres tú? ¿Estás seguro?
¿Habrás de cargar el saco
de las lenguas desafinadas
para música de brujerías?
No te puedo tener siempre
entre estos agrios barrotes
de deshonra estampados
¿Pero eres tú? ¿Lo crees?
¿Habrás de azuzarme la piel
cruda y pálida de despertares
entre rojos anocheceres?
No te puedo querer siempre
entre estos agrios barrotes
de estulticia embarrados
Eres tú, está bien, lo sé
Allí estuviste mirándome arder,
me inmolaba en tus deseos,
pero tú jamás huiste al destello
como todos, como todo
lo que al anochecer se marcha
entre la confusión del vicio
que para nunca se derrama.
Tú no hiciste nada, ¿para qué?
eras profeta de mis errores
paciente vengador de mi ira
inocuo creador de nuevos andares
Secuéstrame en tu dicha
en tu marcha de paso quieto
en tu palabrarería de santo
en tu candidez de velador.
Sé que eras tú en el andador
cuando pasé de largo tu risa
cuando retorné a las sombrías
auras que porta mi verdugo.
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