Cuando rechinas con rabia esos dientes
y se escapa entre el huequito un silbido
de tus ajenas entrañas convulsionantes,
no aguanto sentir desamarrado el ovillo.
Te pierdo en el espacio inmoral del vicio,
me pierdo airada en la bragueta del cielo
y aunque anuncies tu jugada en el estribillo
me sorprendo cuando me arrancas el vuelo.
Esos aires tuyos incansables y turbulentos
sollozan la blancura ociosa de los humores
me revientan y hacen de mi útero un lienzo
en que pintas con sudor, auténticos sabores.
Ya me perdí en tus dulces y rugosos estertores
Ya rechiné tus dientes con un apretón de los labios
ya me ahogue en tu saliva de cárnicos rubores
ya no me debes nada, no te secuestro los abrazos.
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